Jessica Bouzas Maneiro atraviesa, sin lugar a dudas, el mejor momento de su carrera. En este segundo tramo de la temporada está rompiendo una barrera tras otra: segunda semana en Wimbledon, octavos de final en Montreal y, hace escasos dos días, irrupción en el top 50 del ranking WTA. En territorio canadiense, la gallega ha encadenado sendas victorias ante Chirico, Krueger e Ito, y lo abierta que se ha quedado su zona del cuadro le ha permitido enfrentarse en esta cuarta ronda a Zhu Lin, rankeada fuera del top 490.
Como mencionábamos en la previa, la jugadora china acudía a esta gira norteamericana con un ranking que no se corresponde con su nivel real. Hace poco menos de dos años alcanzaba su mejor clasificación (31º), pero una lesión en el codo la mantuvo apartada de las pistas más de siete meses entre finales de 2024 y comienzos de 2025. Es por eso que la tenista asiática está lejos de ser una rival asequible: solamente en esta semana ha dado cuenta de Gracheva, Alexandrova (decimoquinta en el ranking WTA) y Lamens.
Primer set: 56 minutos de montaña rusa
La inestabilidad fue el aspecto que marcó los compases iniciales del partido. Tenística, porque una errática Jessica (sobre todo con la derecha) desperdició dos bolas de break en el primer juego del encuentro para adelantarse en el marcador e inmediatamente después cedió su saque ante una sólida Lin y meteorológica porque una tormenta eléctrica provocó que el choque se suspendiera durante más de una hora, tiempo que transcurrió hasta su reanudación.
Una tormenta «bouzástica»
Ni el parón ni la desventaja eliminaron uno de los aspectos que siempre acompaña en pista a la gallega: su gran y positivo lenguaje corporal. No tardó demasiado en obtener el break y consolidarlo en un durísimo turno con su saque para igualar el marcador a dos gracias, en parte, a la recuperación de su polivalente golpe de derecha, con el que no solo puede tirar duro, sino que también es capaz de imprimirle mucho spin a la pelota. Inmediatamente después se hizo con una nueva rotura de servicio, adelantándose en el electrónico por primera vez en el partido y confirmando lo que el primer tramo del mismo había mostrado: que el encuentro estaba en su raqueta.
Con coraje y valentía, la española mantuvo su saque y sumó su cuarto juego consecutivo (parcial de 4-0 tras la reanudación del choque). Y lo hizo volviendo a salvar dos bolas de break y en medio de un festival de golpes ganadores, poniendo de manifiesto su alegre y ofensivo estilo de juego.
Dificultad para cerrar el set
Una nueva rotura en blanco sirvió para que Jessica sacara para cerrar la primera manga, algo que no pudo lograr en su primer intento al acumular varios errores no forzados consecutivos. Las alarmas saltaron en el bando español cuando Jessica Bouzas fue incapaz de liquidar el primer set también en su segundo intento. Un bajísimo porcentaje de primeros servicios hizo que la asiática tomara las riendas de los intercambios ya desde el comienzo de los mismos, poniendo en desventaja a la gallega.
Afortunadamente para sus intereses, la reacción de la vilagarciana no se hizo de rogar. Primero, consiguió un break crucial para, por tercera vez, tratar de finiquitar el primero de los parciales. Después, mantuvo su saque en blanco en un juego que tuvo, incluso, un ace y una dejada ganadora. Con el 7-5 imperando en el marcador, Jessica Bouzas se encontraba a tan solo un set de sus primeros cuartos de final a nivel WTA 1000.
Segundo set: Una desconexión fatal
Las restadoras fueron las claras protagonistas al comienzo del segundo parcial. Con un par de golpes ganadores como highlights del primer juego, Jessica consiguió un primer break y comandó el marcador desde el inicio. Tras eso, y aun encontrando más primeros servicios, Lin respondió de inmediato y, mostrándose muy sólida en los rallies, igualó el electrónico a uno. La asiática (31 años), una jugadora experimentada en el circuito, utilizó esa cualidad para desesperar a la joven tenista española cuando los intercambios superaban los diez o quince golpes y, de esa forma, adelantarse en el marcador por primera vez en este segundo set.
La solidez se impuso a la inestabilidad
El set siguió discurriendo en favor de una Lin que, pese a que su principal fuente de obtención de puntos seguían siendo los errores de Jessica Bouzas, también se animó a conectar más golpes ganadores que anteriormente. Una nueva rotura y confirmación de la misma desquiciaron a la española, impotente al no conseguir hacer daño a su rival como sí lo había hecho durante toda la primera manga. 4-1 abajo, la vilagarciana pareció encontrar por un momento su tenis de nuevo y una posibilidad de frenar la sangría, pero fueron sus propios errores los que la condenaron a encajar una nueva y definitiva rotura. Minutos más tarde, Lin se encargó de forzar el set decisivo cerrando de manera contundente con su servicio (6-1).
Tercer set: Rocambolesco final
El parcial definitivo comenzó en la misma dirección que viajaba el segundo: la que apuntaba a Zhu Lin. Varios errores de Jessica Bouzas (con una nueva doble falta incluida) entregaron la iniciativa en el marcador a la asiática quien sumó, de esa manera, su séptimo juego consecutivo. Pero, cuando parecía que la sangría continuaría, la jugadora gallega se agarró con uñas y dientes a la pista y, como si de una resurrección se tratase, obtuvo un break milagroso. Por si esto fuera poco, consiguió también mantener su saque (tarea, hoy, ciertamente más difícil que ganar al resto) para tomar la delantera en esta tercera y decisiva manga.
Dos breaks milagrosos y un deja vu
Con el momentum de su lado, Jessica Bouzas parecía volar sobre la pista central de Montreal. Lin gozaba de un 40-0 a favor para igualar el tanteo a dos, pero en ese entonces la vilagarciana elevó su nivel a la enésima potencia para, con hasta tres winners consecutivos, volver a adjudicarse un nuevo break con el que aumentar su ventaja hasta los dos juegos. Los golpes ganadores se sucedían, la derecha estaba encendida y hasta el saque parecía funcionar, hasta que Jessica se situó 3-1 40-15 arriba. A partir de ahí, todos los golpes mencionados volvieron a desconectarse como si de aparatos electrónicos se tratasen.
Por increíble que parezca, la misma situación volvió a repetirse tan solo dos juegos después. Lin se encontraba a tan solo un punto de igualar el marcador a tres cuando la española sumó nuevamente cinco puntos consecutivos para convertir el casi seguro 3-3 en un 4-2. Tras esto, esta vez Jessica Bouzas sí encontró su mejor versión al saque, lo que le permitió escaparse en el marcador y situarse a tan solo un juego de alcanzar sus primeros cuartos de final a nivel WTA 1000.
Un cierre sin complicaciones
Ni siquiera necesitó Jessi servir para el partido. Lo ganó con un imponente juego al resto, yendo sin complejos a por una victoria que le permite seguir explorando nuevos territorios para ella. En cuartos de final espera Victoria Mboko, la joven jugadora local que hoy dio la campanada al eliminar a Coco Gauff, la número 2 del ranking WTA y campeona de Grand Slam. Mboko, que accedía a este torneo mediante una invitación de la organización, ocupaba el puesto 85 de la clasificación mundial antes del evento, y ya se ha asegurado su entrada en el top 60. Por su parte, Jessica Bouzas asciende con esta victoria hasta el número 43, y tiene en el punto de mira ese top 32 y la posibilidad de ingresar al US Open como cabeza de serie.
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