En la madrugada del martes al miércoles, el combinado curazoleño hizo historia al clasificar por primera vez en su historia a un Mundial. Con una población de 155.000 habitantes, se convierte en la nación con menos habitantes en toda la historia en participar en una Copa Del Mundo
En una noche que quedará grabada en la memoria colectiva del Caribe, Curazao se clasificó por primera vez en su historia al Mundial. Con un empate 0-0 ante Jamaica, la selección de la isla de apenas 155.000 habitantes se coronó como líder invicto del Grupo B de las Eliminatorias CONCACAF.
Este hito no solo rompe barreras regionales, sino que posiciona a Curazao como la nación más pequeña por población y área en llegar al torneo más importante del planeta.
El camino de los valientes curazoleños
Bajo la guía del entrenador neerlandés Dick Advocaat, Curazao forjó una campaña impecable. Con 12 puntos en seis partidos, los «Duna y Azul» sumaron victorias clave como el 2-0 sobre Jamaica en octubre y un demoledor 0-7 contra Bermuda el 14 de noviembre.
Jugadores como Eloy Room, Roshon Van Eijma y Gervane Kastaneer brillaron con disciplina y corazón, defendiendo cada balón como si fuera el último.
El empate final en Jamaica fue una batalla de nervios: bajo una presión asfixiante y con el estadio rugiendo, los curazoleños resistieron con una defensa férrea, sellando el pase a la cita mundialista en Estados Unidos, México y Canadá.
¿Por qué este logro es histórico?
Curazao supera el récord de Cabo Verde (527.000 habitantes) como el país más pequeño en clasificarse a un Mundial. Es la quinta selección caribeña en lograrlo, tras Cuba, Haití, Jamaica y Trinidad y Tobago, pero la primera de una nación insular tan diminuta.
Además, como territorio autónomo de Países Bajos, este avance resalta la identidad propia de Curazao, que hasta hace una década ocupaba los últimos puestos en la región.
El efecto en la isla y en el fútbol mundial
La noticia desató una fiesta sin precedentes: calles bloqueadas con banderas azul y amarilla, fuegos artificiales hasta el amanecer y el gobierno declarando el 19 de noviembre como Día del Fútbol Nacional. Las academias juveniles reportan un boom de inscripciones del 400%, inspirando a miles de niños a soñar en grande.
Figuras como el presidente de la Federación Curazoleña de Fútbol, Gilbert Martina, lo llaman «una aventura inolvidable» que une a la diáspora caribeña.
En el panorama global, este triunfo obliga a la FIFA a celebrar la diversidad: Curazao demuestra que el fútbol trasciende tamaños y presupuestos, elevando el perfil de las naciones pequeñas en un deporte dominado por gigantes.








