Esta es la bonita historia de este humilde equipo sueco: el Mjällby, un equipo de la ciudad de Hallevik, consiguió su primer título de la Allsvenskan (Liga Sueca). Con este título, estarán la próxima temporada en la fase de clasificación a la Champions League, en la que sueñan pasar y estar en la fase de liga
En el corazón de la península de Listerlandet, un tranquilo pueblo pesquero de apenas 1.500 habitantes llamado Hällevik, se ha escrito una de las páginas más asombrosas del fútbol europeo. El Mjällby AIF, club modesto fundado en 1939, conquistó el pasado 20 de octubre de 2025 su primer título de la Allsvenskan, la máxima división sueca.
Con una victoria 0-2 ante el IFK Göteborg, el Mjällby AIF, aseguró el campeonato con tres jornadas por disputar, dejando atrás a gigantes como el Malmö FF y el Hammarby. Esta hazaña, comparable al Leicester City de 2016, ha sacudido el mundo del balompié y demostrado que los sueños no tienen presupuesto.
El camino de un club «ascensor» hacia la gloria
La historia del Mjällby es la de un superviviente. Apodado como un «club ascensor» por sus constantes ascensos y descensos entre la Allsvenskan y la Superettan, el equipo debutó en la élite en 1980, pero el descenso llegó rápido.
A lo largo de las décadas, regresó en los 80 y 90, ganando fama por su organización y resiliencia, pese a presupuesto minúsculo (apenas el 15% del Malmö). En 2016, al borde del colapso en la cuarta división, llegó Magnus Emeus como presidente.
Su visión europea, basada en scouting inteligente y análisis de datos, impulsó promociones consecutivas en 2018 y 2019. Desde entonces, se consolidaron en la élite, pero nadie apostaba por un título.
Una temporada de cuento de hadas
Bajo la batuta de Anders Torstensson, el Mjällby transformó la incredulidad en realidad. Con solo una derrota en 27 jornadas, acumulan 66 puntos (están a un paso del récord de 67 del Malmö en 2010 y AIK en 2018).
Lideraron desde la jornada 10, con un fútbol pragmático y letal: 20 victorias, una solidez defensiva impecable y un ataque oportunista. Jugadores como Jacob Bergström, autor del primer gol en la decisiva victoria ante Göteborg, y Tom Pettersson, quien selló el 2-0 siete minutos después, encarnaron el espíritu guerrero.
El pakistaní Abdullah Iqbal, capitán de su selección, aportó liderazgo en la zaga, haciendo historia como el primer jugador de su país en ganar una liga europea. El estadio Strandvallen, con capacidad para 6.000, vibró con 1.500 hinchas que invadieron Göteborg para presenciar el milagro.
De Suecia al mundo
Este título no solo rompe la hegemonía del Malmö, sino que inspira. Medios como CNN y ESPN lo llaman «el shock más grande de Europa».
El título de la liga sueca les aseguran estar en la ronda de clasificación de la Champions League, soñando con pasar rondas y estar, finalmente, en la fase de liga. «Ahora puedo morir feliz», declaró Bergström a SVT Sport, resumiendo la euforia.
En un deporte dominado por millonarios, el Mjällby recuerda que el corazón y la astucia bastan para coronarse.








